CONSEJOS PARA  LA UTILIZACIÓN DE UN FÁRMACO

 

 

 

 

Un fármaco es un producto fabricado en una industria a partir de elementos químicos que han sido copiados de la madre naturaleza.

Su efecto de acción está determinado en base al elemento químico empleado, no cambia si la presentación del producto es de distintas variedades. Esto significa que un medicamento que se consigue en tabletas o jarabe tiene el mismo efecto de acción que el mismo medicamento como supositorios o inyectables.

La potencia del medicamento o la rapidez de su inicio de acción sí se relacionan con la presentación del producto, por ejemplo, una tableta de analgésico puede tener presentación para adultos o para niños, la dosis del medicamento varía según el paciente pero el efecto es el mismo.

Todos los medicamentos sin excepción son excretados del cuerpo humano después de un tiempo que depende de:

  1. La naturaleza del  fármaco.
  2. El estado de los órganos internos del paciente

Además cada paciente tiene una manera propia de reaccionar ante un medicamento, este es un concepto que nunca debe ser olvidado.

Recuerde que para recuperar la salud perdida, el médico es el mejor colaborador que tiene el organismo humano para sanarse satisfactoriamente. Busque un buen médico que lo ayude y nunca dude en consultarle ante la menor duda.

Antes de comprar un medicamento en una farmacia, compruebe cuál es la fecha de vencimiento y cuáles son los efectos colaterales que el fármaco puede producir. Si el producto no trae esta información, es mejor no comprarlo pues no tiene seguridad alguna acerca de la calidad del mismo. No obstante, en las farmacias no se pueden adquirir medicamentos sin esta información básica.

Guía para pacientes acerca del uso seguro de los medicamentos

Conviértase en un paciente informado:

Disponer de una información más amplia acerca de las medicinas prescritas por los médicos debería ayudar a los pacientes a obtener de las mismas los máximos beneficios reduciendo al mismo tiempo las posibilidades de equivocación al tomarlas.

Para lograr estos objetivos le recomendamos lo siguiente:

  • Conozca su historial médico.
  • Haga una lista con las medicinas que toma así como con los datos de sus operaciones, vacunaciones y alergias, y facilíteselas al profesional médico que le atienda para ayudarle a que le recete el tratamiento más adecuado para su caso.
  • Documente los datos importantes del historial médico de su familia, como por ejemplo el de parientes cercanos que tengan o hayan tenido enfermedades tales como complicaciones cardiovasculares, diabetes, cáncer, trastornos mentales o intolerancia a determinados medicamentos.
  • Como parte de su plan de tratamiento, consulte al médico y a otros profesionales de la salud que le atiendan sobre posibles cambios en su vida diaria que puedan ayudarle a recuperar la salud, incluidos un cambio en sus rutinas de sueño, una dieta especial o una modificación de su programa de ejercicio físico.
  • Informe al médico de cualquier alergia a la medicación (aun cuando sólo tenga la sospecha de haber sufrido una reacción alérgica anterior a un medicamento determinado), si está embarazada, tiene planes de quedarse embarazada o está dando el pecho.
  • Pregunte sobre los posibles efectos secundarios de la medicación e informe al médico si cree haber experimentado alguna reacción adversa a cualquier medicamento que haya tomado en el pasado.
  • Siga las indicaciones de su médico, farmacéutico o profesional de atención sanitaria respecto a cómo tomar el preparado y no las modifique a no ser que ellos le comuniquen que lo haga. Si por ejemplo, es necesario fraccionar una pastilla por que haya problemas de deglución, es importante consultar al farmacéutico ya que existen muchos medicamentos que llevan una capa de recubrimiento que sirve para evitar daños estomacales.
  • Esté atento a si tolera bien las medicinas y póngase en contacto con su médico si nota cualquier cosa inusual.
  • Infórmese de qué debe hacer si se le olvida tomar una dosis o si piensa que ha ingerido más medicamento de lo que debía.

 

Evite los errores de medicación

A continuación se ofrecen consejos para ayudar a pacientes, médicos y farmacéuticos a evitar errores relacionados con la ingesta de medicamentos.

En la consulta del médico
  • Antes de acudir a la cita con el médico, haga una lista exhaustiva de todos los medicamentos que esté tomando, incluidos los obtenidos con receta y los medicamentos y los suplementos dietéticos adquiridos en la farmacia o cualquier otro establecimiento. Ello incluye también las hierbas y remedios naturales. Lleve la lista consigo siempre que acuda a la consulta del médico o de cualquier otro profesional de atención sanitaria.
  • Pídale al médico que le explique qué tiene el medicamento que le está recetando, cómo se llama, con qué frecuencia debe tomarlo, cómo actúa y qué resultados pueden esperarse.
  • Cuando el médico le extienda una receta, asegúrese de que puede leerla.
En la farmacia

Cuando vaya a la farmacia, asegúrese de que la medicina que va a comprar sea la que le recetó el médico y compruebe que va acompañada del correspondiente prospecto. Si el medicamento es un líquido y tiene dudas sobre la forma de administración, pídale al farmacéutico que se lo explique.

Alargue la conversación con el médico o farmacéutico hasta que le expliquen todo de una manera que pueda entender:

  • ¿Tiene la medicina que le han recetado algún otro nombre? ¿Cuáles?
  • ¿Qué aspecto debe tener el medicamento que me ha recetado el médico?
  • ¿Por qué tengo que tomarlo?
  • ¿Cuánto debo tomar y con qué frecuencia?
  • ¿Cuál es el mejor momento para tomarlo?
  • ¿Durante cuánto tiempo tengo que tomarlo?
  • ¿Tiene efectos secundarios? ¿Qué debo hacer si se presentan?
  • ¿Qué debo hacer si se me olvida tomar una dosis?
  • ¿Interactúa este medicamento con las otras medicinas que tomo o con algún alimento?
  • ¿Sustituye este medicamento a algún otro que haya estado tomando?
  • ¿Dónde y cómo debo guardarlo?
  • ¿Cuánto tardaré en empezar a sentirme mejor?
  • ¿Cuándo debo volver a la consulta del profesional de atención sanitaria?
  • ¿Debo evitar la ingesta de líquidos, comida u otras sustancias o la realización de alguna actividad mientras tomo esta medicina?
  • ¿Puedo desarrollar una resistencia, una dependencia o una adicción a este medicamento? En caso afirmativo, ¿cómo puedo evitarlo?
  • ¿Dónde puedo conseguir más información sobre este medicamento?
  • Si la posología indica que debo tomar el medicamento cada tres o cuatro horas, ¿significa eso que debo respetar ese mismo intervalo durante la noche también?
  • ¿Está disponible este medicamento en un envase a prueba de niños?
  • ¿Cuál es la fecha de caducidad de este medicamento? Cuando compre medicamentos sin receta, lea atentamente el prospecto: pueden contener ingredientes que no quiera o no deba tomar. Solicite ayuda al farmacéutico si tiene problemas para elegir el producto adecuado. En concreto, asegúrese de que puede tomar ese preparado tranquilamente si coincide que está tomando un medicamento con receta.
En el hospital
  • Lleve consigo sus medicinas y la lista de medicinas que está tomando siempre que vaya al hospital.
  • Pregúntele al médico el nombre de cada uno de los medicamentos que le ha recetado y las razones por las que debe tomarlos. En caso de que alguna otra persona le indique algo diferente podrá formular preguntas y evitar así confusiones.
  • Mire la medicina antes de tomársela. Si su aspecto es diferente al de su medicina habitual, pregunte por qué.
  • No permita que nadie le administre su medicación sin que hayan comprobado antes su historial médico. Así ayudará a evitar que le administren la medicación de otro paciente.
  • Antes de someterse a cualquier prueba o protocolo, pregunte si son necesarias alguna preparación o medicina para evitar reacciones alérgicas.
  • Cuando vayan a darle el alta, pídale al médico, enfermera o farmacéutico que le explique la medicación en presencia de algún miembro de su familia.
En casa
  • Guarde las medicinas dentro de sus envases originales etiquetados. Así podrá identificar las pastillas y seguir las indicaciones correspondientes.
  • No guarde los medicamentos en un lugar húmedo o expuesto a los rayos del sol, ya que la humedad, el calor y la luz pueden afectar a la eficacia e integridad de los mismos.
  • No guarde los medicamentos en el frigorífico a menos que se le indique que lo haga, y evite que las medicinas líquidas se congelen.
  • Guarde los medicamentos fuera del alcance de los niños.
  • No guarde los medicamentos para personas en el mismo lugar que los medicamentos para mascotas o los productos de limpieza del hogar.
  • No mastique, machaque ni rompa las cápsulas o comprimidos a menos que se le indique que lo haga.
  • Con las medicinas líquidas, utilice únicamente el dispositivo de medida que se suministra con la misma. Las cucharas y cucharillas de té que tenemos en casa no son una medida exacta.
  • Tenga a mano los números de teléfono del médico y del farmacéutico. Averigüe dónde hay farmacias de 24 horas por si surgiera una emergencia.
  • No tome los medicamentos a oscuras; aunque piense que sabe exactamente qué contiene el bote que está en su mesilla de noche, encienda la luz para asegurarse.
  • No tome nunca la medicina recetada a otra persona ni comparta la suya con nadie, aun cuando la otra persona parezca tener la misma enfermedad que usted.
Lea el prospecto

Recomendamos encarecidamente a todos los pacientes que lean el prospecto que acompaña a todos los productos medicinales regulados. Este prospecto se encuentra dentro del envase original de la medicina. Si el farmacéutico ha preparado una fórmula magistral especial para Ud., debe disponer de un prospecto para todas las medicinas que dispense. No dude en solicitarlo si no se lo han entregado. Los formatos de los prospectos varían de unos laboratorios a otros, pero normalmente deben incluir la información bajo las siguientes secciones:

  • Qué es y para qué se utiliza
  • Antes de tomar / usar
  • Como tomar / usar
  • Posibles efectos adversos
  • Conservación
  • Información adicional

Tenga en cuenta que la lectura del prospecto no debe sustituir nunca a la conversación con el médico, farmacéutico o profesional de atención sanitaria sobre la medicación que va a seguir.


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