PROBLEMAS ATENCIONALES
¿QUÉ ES LA ATENCIÓN?
La atención es una de las funciones más básicas del sistema cognitivo, ya que sin ella el hombre no puede llevar a cabo ninguna tarea voluntaria. Es muy común que este tipo de capacidades se alteren tras un daño cerebral y, a pesar de relacionársela predominantemente con el daño en los lóbulos frontales o con el daño axonal difuso y con traumatismos en los que ha ocurrido una deceleración rápida, como ocurre en los accidentes de tráfico, constituye un proceso cognitivo complejo que no puede ser asociado a una estructura anatómica ni evaluado con una simple prueba.
Se distinguen cinco dimensiones o niveles de atención:
- La atención focal: Se refiere a la capacidad para responder a estímulos visuales, auditivos o táctiles específicos. Generalmente se afecta en los primeros estadios tras el daño cerebral, en los que el paciente inicialmente puede responder sólo a estímulos internos (dolor, temperatura, etc.) y gradualmente empezar a responder a estímulos externos.
- La atención sostenida: Implica la capacidad de mantener una respuesta constante durante una actividad continua y está relacionada con la capacidad de concentración.
- La atención selectiva: Consiste en la capacidad de centrarse y mantener la atención en una cosa sin distraerse con las demás.
- La atención alternante: Se entiende la flexibilidad mental que permite que la persona cambie su foco de atención de una tarea a otra o de un estímulo a otro.
- Finalmente, la atención dividida: Implica la capacidad para realizar y prestar atención a dos o más cosas simultáneamente, como caminar y hablar al mismo tiempo (las personas con daño cerebral frecuentemente necesitan hacer las actividades de una en una, porque no puede compartir el foco de atención entre varios estímulos).
Estas capacidades son requisitos para la vida independiente, el trabajo, el aprendizaje de nuevas habilidades e incluso para las relaciones sociales.
Los problemas atencionales se agravan cuando la persona se halla cansada: cuanto más cansada se encuentra, más fácilmente se distraerá. El estrés y las preocupaciones también pueden afectar adversamente la atención. Las dificultades atencionales están más asociadas con tareas desestructuradas, en las que el pensamiento tiene más oportunidades de divagar.
Ejemplos de situaciones:
- “Encuentro difícil hacer más de una cosa al mismo tiempo como, por ejemplo, escribir un mensaje mientras contesto al teléfono”.
- “Mi mente divaga mientras leo o miro la televisión”.
- “Encuentro difícil mantener una conversación si hay otras personas hablando o hay ruido alrededor”.
- “Empiezo a hacer algo y me distraigo haciendo algo diferente”.
- “Pierdo el hilo de lo que iba a decir, a mitad de la conversación”.
¿Cómo podemos ayudar a las personas con problemas atencionales?
- Controlar el ambiente para reducir estímulos distractores (ruidos, televisión, varios hablando a la vez, música, luz intensa, ...).
- Establecer períodos de descanso durante la realización de una actividad y al finalizar la misma.
- Llamar su atención antes de hablar (decir su nombre y esperar a que nos mire).
- Simplificar las instrucciones: Dar mensajes claros y sencillos.
- Controlar la velocidad: No es conveniente ni hablar rápido ni demasiado despacio.
- Enfatizar el mensaje con gestos y anotaciones que apoyen lo que decimos.
- Pedirle que nos repita lo que le hemos dicho para asegurarnos de que ha procesado nuestro mensaje.
- Dar el tiempo suficiente para la realización de las tareas. Meter prisa genera estrés.
- Variar las actividades frecuentemente para mantener la atención y el interés.
- Graduar el tipo de actividades según el momento del día en el que la persona puede mantener la atención más fácilmente: Tener en cuenta signos de fatiga.
FUENTE. Recogido de:
- Guía de familias de FEDACE
- Junqué C., Bruna O., Mataró M (1998).Traumatismo craneoencefálico. Un enfoque desde la Neuropsicología y la Logopedia. Guía para profesionales y familiares. Ed. Masson.